viernes, 28 de marzo de 2008

De sobornos y otras zarandajas

La palabra soborno está de moda en estos días entre los furibundos opositores a la Orden que pretende regular el Programa de calidad y mejora de los rendimientos escolares en los centros docentes públicos. Una forma como otra cualquiera de descalificar la medida y por ende de descalificar a aquellos que cometen el pecado nefando de estar a favor.

Supongo que, al estar en contra de la orden, también lo estarán del apartado que les permite, aun siendo minoría, impedir que aquellos que sí están dispuestos a implicarse más en la vida de los centros para mejorar los resultados escolares, y por tanto trabajar por la calidad de la enseñanza, puedan hacerlo. Porque, al ser necesaria la mayoría de los dos tercios del claustro una minoría de votos puede conseguir que el centro no se acoja a la medida. Por tanto es posible, y de hecho está sucediendo, que la medida sea rechazada por uno o dos votos que no hacen falta para alcanzar la mayoría, que ya existe, sino que son los necesarios para la mayoría cualificada de esos dos tercios.

De esta manera la minoría se constituye en una auténtica "minoría de bloqueo" que hace que no sólo ellos sean los que no participan en el proceso sino que impiden que los demás, tan ilusos o engañados como estén, lo hagan. ¿No sería más lógico dejar que se estrellaran, si tan malo es el programa?.

Claro que si el problema son los incentivos – el soborno, según ellos – siempre existiría la posibilidad de renunciar al complemento realizando las mismas labores. Pero no parece que esa sea su intención.

Los objetivos que pretende la Orden son:

a) Mejora de los rendimientos educativos del alumnado.

b) Contribución al éxito escolar de su alumnado, en función de sus capacidades, intereses y expectativas

c) Mejora del funcionamiento del centro y del grado de satisfacción de las familias con el mismo.

d) Fomento de procesos y proyectos de innovación e investigación educativa.

e) Fomento del trabajo cooperativo del profesorado y de las buenas prácticas docentes.

f) Profundizar en la autonomía de los centros docentes.

Cierto que los resultados reflejados en el informe PISA no son todo lo satisfactorios que deberían ser, pero las conclusiones no se deben tomar alegremente y sobre todo no pueden ser independientes de todos los condicionantes que rodean el hecho educativo. Pero esto será mejor tratarlo aparte.

Por tanto no creo que maquillar esos malos resultados sea la intención de los responsables de la Consejería de Educación. Siendo tan fácil y tan barato lo lógico es que hubieran puesto en marcha todo esto antes y se hubieran evitado muchos problemas.

Llama la atención todo el ruido mediático que se está produciendo alrededor de esta medida, que al fin y al cabo se refiere al funcionamiento interno de los centros y en principio no se podría esperar que tuviera tanto eco social. Pero si tenemos en cuenta que los opositores están abanderados por un colaborador habitual de un medio de comunicación con una cierta tendencia a airear teorías conspiratorias que los hechos contumazmente se empeñan en desmentir se puede entender algo mejor.

Deducir de todo esto que lo que se pretende es culpabilizar al profesorado del fracaso escolar es dar un triple salto mortal sin red. O excusatio non petita. (Acusatio manifesta se continuaba antiguamente).

lunes, 24 de marzo de 2008

Segunda vuelta

El sistema electoral español no tiene segunda vuelta. Tiene su propio sistema para machacar minorías, que es la regla D'Hont y el sistema de circunscripciones. De todas formas el sistema proporcional puro también da problemas, como en Italia. Pero ese no es el objeto de este artículo.

En Andalucía parece que hay personas que echan de menos esa segunda vuelta, y han escogido como banco de pruebas los sufridos centros educativos públicos, que ya bastante tenían con lo suyo. Aprovechando presuntos agravios reales o imaginarios han aprovechado la Orden que desarrolla en Plan de Calidad y mejora de los rendimientos escolares para dar patadas en espinillas equivocadas. Las propias espinillas, en concreto.

Siempre se ha criticado, y con razón, que el esfuerzo que supone poner en marcha, gestionar y dar clase en un centro TIC, o bilingüe u organizar una biblioteca escolar no estuviera remunerado ni bien ni mal. Y estamos hablando entre otras cosas de formación fuera del horario laboral, de cambios importantes en la manera de trabajar, de un esfuerzo adicional en definitiva.

Algo que desde fuera del ámbito educativo resulta impensable ¿cómo puede ser que alguien se meta en semejantes berenjenales sin obligación y sin que le paguen más? Nadie lo entiende. Bien es verdad que la "retribución" viene dada por las mal llamadas "reducciones horarias", pero esa es otra historia que merece capítulo aparte.

Al contrario que otros planes propuestos por la Consejería de Educación a los centros educativos, el Plan de Calidad sí incluye incentivos económicos para el profesorado que lo ponga en práctica. Se podría pensar que la Consejería de Educación ha aprendido de antiguos errores, lo cual sería de agradecer, pero la acogida no parece ser la esperada. El profesorado vota hasta el día 31 pero el clima en el que se desarrollan las votaciones, quizás contagiado del que ha habido en las recientes elecciones, no es el más adecuado. La Consejería, evidentemente, se ha equivocado al escoger las fechas.

Pero se trata de desdramatizar. No hay que olvidar que se trata de una convocatoria anual y seguro que el curso próximo cambiarán las cosas y muchos de los que ahora votan "no" invertirán el sentido de su voto. Y si no, al tiempo.

Quizás sea necesario redefinir el papel del profesorado en esta sociedad pero este no es el momento ni el método ni la ocasión.

lunes, 17 de marzo de 2008

La EPC en inglés

Uno siempre ha pensado que la derecha era ley y orden. Mano dura con los delincuentes y esas cosas, siempre claro que no se trate delitos económicos. Porque la evasión de capitales y las trampas para evadir impuestos no son delitos, son lógicas reacciones ante un Estado depredador. Supongo.

El caso es que la Comunidad Valenciana, gobernada como se sabe por el PP, ha decidido impartir la Educación para la Ciudadanía en inglés. O sea, que cumple la ley con fraude de ley. Con burla de ley. Las leyes están para cumplirlas o para recurrirlas, y un partido con pretensiones de gobierno en España y que de hecho gobierna en varias autonomías no debería permitirse bromas con la Educación, que es algo bastante más serio que todas estas cosas. También, siendo de derechas como son, deberían de mostrar algo de más respeto con la ley.

Cosas como esta demuestran que la asignatura es necesaria, aunque para algunos parece que llega algo tarde.

A esta derecha parece que lo de la Ciudadanía le suena a chino. Que al fin y al cabo también es un idioma.

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Ciudadania/ingles/elpepiopi/20080316elpepiopi_2/Tes

http://www.publico.es/agencias/EFE/1174

Al parecer, la cosa va en serio:

http://www.lasprovincias.es/valencia/20080318/valenciana/consell-decidira-dias-alternativa-20080318.html

jueves, 13 de marzo de 2008

Tras la tempestad no viene la calma

Era de esperar que tras la tormenta de las elecciones se impusiera una época de calma en las escuelas, pero en Andalucía no ha sido así. Ahora la trifulca viene a cuento del Plan de Calidad y Mejora de los rendimientos escolares. Este plan forma parte del desarrollo de la Ley de Educación de Andalucía y está pactado con las centrales sindicales mayoritarias en el sector: CC.OO, UGT, ANPE y CSI-CSIF, de variada ideología por cierto.

Este plan se desarrolla mediante una orden de la Consejería de Educación, como no podía ser de otra manera, y exige que, para que un centro se acoja al plan se solicite por una mayoría de los dos tercios del claustro de profesores. Hasta aquí nada que llame particularmente la atención.

Lo que sí llama la atención son los argumentos utilizados en contra del Plan por una asociación profesional, no precisamente mayoritaria, que incluyen medias verdades, mentiras completas y manipulaciones varias.

La orden, por supuesto, no es perfecta. Se podría cuestionar su oportunidad, y sobre todo las prisas por ponerla en marcha, que, como se sabe, no son buenas consejeras. También se puede criticar que la evaluación del Plan, por lo menos al principio, recaiga sobre los directores de los centros educativos, con lo que pueda suponer de discrecionalidad por parte de estos. Pero esto no debe ser suficiente para descalificar globalmente el plan.

Pero habría que precisar algunos aspectos que parece que se están olvidando en el debate.

1º Se trata de un plan VOLUNTARIO para los centros y para los profesores. Si un profesor no quiere participar aunque su centro sí lo haga no pasa nada. Renuncia al incentivo económico y listo.

2º La convocatoria es anual. Si un año no hay mayoría suficiente, al año siguiente puede haberla.

3º En ningún sitio se dice que se trate de mejorar los RESULTADOS sino de mejorar los RENDIMIENTOS escolares. Confundir ambos términos es peligroso.

4º Se ha propalado el bulo de que los liberados sindicales ya están cobrando el incentivo económico. Esto no sólo es MENTIRA sino que de ser cierto sería DELITO DE PREVARICACIÓN y MALVERSACIÓN DE FONDOS PÚBLICOS, al no estar sustentado en ninguna norma, y habría que DENUNCIARLO DIRECTAMENTE EN EL JUZGADO. Cosa que por supuesto, hasta ahora, NADIE HA HECHO.

5º Los claustros no han votado contra ninguna orden, puesto que las órdenes no se votan. Se aplican o se recurren. Los centros, soberanamente, han decidido participar, o no, en un Plan.

De todo lo que he visto y oído no he deducido en modo alguno que haya imposición, y mucho menos menosprecio hacia los profesionales. Al contrario. Supongo que en muchas empresas privadas los empleados estarían encantados si les preguntaran si querían participar en un programa de incentivos o no.

Si todo esto es así ¿por qué tanto ruido?

En otro artículo intentaré explicarlo.

Mientras tanto en los enlaces de más abajo hay suficiente información para hacerse una idea cabal del estado de la cuestión:

Documentos para el debate:

http://www.fe.ccoo.es/andalucia/docupdf.aspx?d=4280&s=

http://www.aso-apia.org/docapia.php?doc=2819

http://www.diariosur.es/prensa/20080313/opinion/euros-obligatorios-20080313.html (Mención especial al último párrafo)

http://www.juntadeandalucia.es/educacion/nav/contenido.jsp?pag=/Contenidos/OEE/evaluacion/NotaInformativaProgramCalidad&vismenu=0,0,1,1,1,1,0,0,0

http://www.juntadeandalucia.es/educacion/nav/contenido.jsp?pag=/Contenidos/RRHH/Notas_informativas/notainformativa&vismenu=0,0,1,1,1,1,0,0,0

http://www.juntadeandalucia.es/educacion/nav/contenido.jsp?pag=/Contenidos/OEE/evaluacion/Orden_Incentivos&vismenu=0,0,1,1,1,1,0,0,0



viernes, 7 de marzo de 2008

El horror

Ha vuelto el horror. Lo han traído. Mientras millones de personas sopesan argumentos, toman decisiones racionales y se preparan para expresar sus opiniones democráticamente llegan dos individuos y ponen encima de la mesa el único argumento que son capaces de articular. La muerte. El dolor de los demás.

¿Qué retorcida argumentación lleva a pensar que alguien tiene el derecho a decidir la muerte de otro, contra toda lógica, contra toda humanidad? ¿Cuándo se da el salto de pensar en "nosotros" y "ellos" a determinar que hay que eliminarlos físicamente? ¿De verdad hay alguna idea que merezca la vida de alguien?

Han matado a alguien normal y corriente. Podríamos haber sido cualquiera de nosotros porque el muerto daba igual. Era un blanco fácil. Lo que importaba es el impacto que iba a tener esa muerte.

Lo peor es que es inútil. Todos sabemos, menos quizás los asesinos, que este dolor es inútil. Que esta muerte, como no lo han hecho las anteriores ni lo harán las que desgraciadamente vengan no va a acercar ni lo más mínimo éste o aquél logro político. La reivindicación se convierte automáticamente en ilegítima cuando está manchada de sangre. La sangre de los demás, la sangre fácil.

Y si los asesinos son incomprensibles, qué pensar de los que no rechazan íntimamente la violencia, los que piensan que es un método válido, los que no están asqueados por ella. Los que piensan que es un héroe el que mata de tres tiros por la espalda a alguien desarmado y desprotegido.

Y no son ni uno ni dos, ni diez. Son más de 100.000. Los que prefieren mirar para otro lado. Los que prefieren pensar que, aunque es una desgracia, es inevitable para conseguir sus objetivos. Si los asesinatos eran selectivos, siempre se podían excusar en el "algo habrán hecho" o "eran guardias civiles". Pero ¿Y ahora? ¿Qué argumentos se darán a sí mismos?

¿Y cómo evitar que esta maldad se perpetúe en el tiempo, en los hijos y las viudas de los asesinados? ¿Cómo sanarán esas heridas? Volveremos una vez más a expresar nuestro rechazo. Pero con el convencimiento de que habrá más. De que podemos ser cualquiera, porque alguien decida en algún momento que nuestra muerte es necesaria. ¿Con qué derecho?

El sinsentido de esta muerte está claro. Influir en el resultado de las elecciones. Y es precisamente esto lo que no debemos dejar que ocurra. Los asesinos no pueden decidir por nosotros, ni pueden obligarnos a cambiar el sentido de nuestro voto. Si lo hacemos, ellos habrán ganado y por tanto nosotros habremos perdido.

jueves, 6 de marzo de 2008

Ahora sí se comprende

No se entendía muy bien la sentencia del TSJA sobre la Educación para la Ciudadanía. Pero este inicial desconcierto no ha tardado mucho tiempo en aclararse.

Si a alguien le quedaba alguna duda puede leer este instructivo artículo:

El padre promovió la objeción, el hijo la avaló en los tribunales en El País.

O este otro en Público:

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía copia al Foro de la Familia

Y si a alguien le quedan ganas se puede leer la sentencia:

Sentencia

¿Para qué perder más tiempo en hacer comentarios?

Incentivar resultados

Supongo que este título no será sugerente para las personas que trabajan en las empresas privadas, en las que los incentivos por resultados son más o menos habituales. Se dirán. ¿Y qué, si es lo más normal del mundo? El empresario determina unos objetivos concretos que tiene que alcanzar la empresa y si se consiguen se cobra, y si no pues no. La idea supongo será que los empleados se aplican con más ahínco a trabajar si tienen a la vista un incentivo económico o de otro tipo.

Pero cuando esta estrategia se aplica a los empleados públicos se desatan toda clase de reticencias. Que si se trata de cobrar dos veces por hacer lo mismo, que si se trata de incentivar por algo que ya se da por supuesto, que si se trata de mercantilizar el trabajo de los funcionarios…

Todas estas objeciones se elevan de grado cuando nos referimos a un tipo concreto de empleados públicos que son los docentes. Desde hace tiempo muchos hemos pensado que unos de los problemas que aquejaban a la profesión docente, entre otros, eran la falta de perspectivas de promoción y la falta de incentivos por los objetivos alcanzados, difíciles de evaluar por otra parte, así como una cierta falta de reconocimiento social.

Ahora la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía ha creado un programa voluntario al que se pueden acoger los centros docentes públicos de la comunidad para mejorar los rendimientos escolares que incluye incentivos económicos. Cualquiera podría pensar que la medida sería acogida calurosamente, pero eso no parece haber sido así.

En este caso la empresa, que sería la Consejería de Educación, establece unos objetivos, que son mejorar el rendimiento de los escolares, y si el colegio o el instituto lo consigue, los profesores cobran un incentivo económico y si no, pues no.

Para comprobar si se alcanzan o no los resultados se ha elaborado un baremo que parte de la situación inicial del centro, sea la que sea, y esa posición inicial es la que se trata de mejorar. Y es el propio centro partiendo de su realidad el que adquiere el compromiso de mejora. Por tanto no habrá dos centros iguales, los "buenos" mejorarán algunos aspectos y los "malos" otros distintos, sin pretensión de uniformidad alguna.

El planteamiento parece positivo a priori, sin entrar a discutir si algún aspecto debe prevalecer sobre otro o no. No parece que pretenda ser la panacea de los males de la educación, ni por supuesto puede sustituir al compromiso de la administración y por tanto de la sociedad de seguir invirtiendo en infraestructuras, disminución de la ratio y demás medidas que mejoren la calidad de la enseñanza.

Pero está claro que es necesario asegurarse la implicación de los profesionales en cualquier proceso de mejora y que el incentivo económico puede ser tan válido como otro cualquiera.

Parece ser que algunos creen que los docentes debemos movernos exclusivamente por motivos altruistas, algo así como los curas y de alguna manera los militares. Por la satisfacción por el deber cumplido. Y si bien que el dinero no lo es todo, no está mal aunque sólo sea como reconocimiento más o menos simbólico por la labor realizada.

Educación para la Ciudadanía

Desde hace algún tiempo hay montado mucho ruido - interesado - en torno a la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Parece que por lo pronto ha servido para que algunos padres recuerden que la educación de sus hijos es también responsabilidad suya, con lo que, si sólo fuera por ello, ya podríamos dar por bien empleada la polémica.

Lo malo es que los, por llamarlos de alguna manera, argumentos empleados en contra no resisten el más mínimo análisis y se basan, en el mejor de los casos, en pre-juicios y desinformación.

Los contenidos de la asignatura son públicos y cualquiera que tenga un mínimo de interés los puede leer en http://www.mec.es/mecd/gabipren/documentos/files/ciudadania.pdf, donde además hay un enlace al BOE. Y esto es lo que hay, y lo demás son opiniones.

La sociedad, y el Estado que la representa en la democracia, tiene la OBLIGACIÓN de que los valores democráticos, que esos y no otros son los contenidos que se proponen, sean asumidos por todos, y qué mejor sitio que la escuela para que ello empiece a ser así.

¿Qué contenidos de la asignatura son los que ofenden con tal virulencia a estos objetores? "¿el reconocimiento de la dignidad de todas las personas?" ¿o tal vez "la asunción de las propias responsabilidades"? Debe ser entonces tratar el "respeto, tolerancia, solidaridad, justicia, igualdad, ayuda mutua, cooperación y cultura de la paz". O que "permite proporcionar elementos para identificar y rechazar situaciones de marginación, discriminación e injusticia social".

Si estas personas se oponen a que sus hijos sean educados en estos valores, será porque los suyos propios son los contrarios. Me da miedo pensar en cuáles deben ser.

Por supuesto que una democracia debe tolerar y amparar todos los pareceres y opiniones, incluso los antidemocráticos, aun teniendo por seguro que si la situación fuera distinta los antidemócratas no serían tan tolerantes. Pero la sociedad democrática no puede hacer dejación de funciones y debe intentar que los valores democráticos, que son los de la mayoría, sean por lo menos conocidos por la totalidad de la población.

La sociedad, y el Estado que es su representante tiene el derecho y el deber de establecer qué se enseña en las escuelas. Y la Constitución debe ser materia de estudio. Aunque se pueda estar en contra, no por eso se debe dejar de conocerla. Y es precisamente en esa invocada Constitución dode se afirma (artículo 27, apartado 2º): "la educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales".

Es curioso que los que se dicen defensores de la Constitución cuando les interesa, luego presenten objeciones cuando se pretende que los valores constitucionales sean enseñados en las escuelas ¿en qué quedamos, estamos a favor o en contra de la Constitución?

Estamos ante la falsa dicotomía, parafraseando a Fernando Savater, Ciudadanos/Feligreses. La segunda condición, la de feligrés, es opcional. La primera, la de ciudadano, no.